Llegué con cierto retraso a la casa del Maestro Relojero. Qué inoportuno por mi parte. Llamé al timbre con bastante nerviosismo, preparándome para pedir disculpas, aunque me quedé sin habla cuando la puerta se abrió. Frente a mí, un tipo alto y sombrío negaba lenta y desaprobadoramente con la cabeza, y chasqueaba la lengua, mientras observaba con cierto disgusto un viejo reloj de bolsillo... [seguir leyendo]
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Publicado originalmente en el blog en 12-8-2011. Fue mi primer relato publicado en una antología, y está colgado también en varias webs. Forma parte de mi libro 'Pequeños momentos breves'.
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