3 dic 2013

Pues a mí me funciona...

"Pues a mí me funciona..." es el argumento brutal y definitivo de quienes defienden el uso de la homeopatía como remedio para diversas enfermedades. También hay gente que soluciona sus problemas suicidándose y no creo que sea un ejemplo a seguir...

Otro argumento pro-homeopatía se centra en advertir que el mercado de los medicamentos lo controlan las grandes corporaciones multinacionales a las que solo les interesa ganar y ganar dinero. Cierto, por desgracia (así funciona este asqueroso mundo). Pero ese mismo argumento se puede aplicar en el mercado de los productos homeopáticos (no hay más que echar un vistazo a Boiron, que no parece ser el pequeño comercio familiar como se presentan, precisamente...).

Samuel Hahneman, inventor de la homeopatía (a finales del s. XVIII)

El Ministerio de Sanidad va a dar permiso definitivo para la venta de productos homeopáticos, lo cual no significa que realmente funcione. También el gobierno podría decidir que de nuevo la Tierra es plana, y no lo haría cierto. Allá cada cual con lo que decida gastar su dinero...

Pero... ¿la homeopatía funciona? Pues como efecto placebo, sí, pero nada más. Por lo menos no hay estudio científico riguroso (repito, riguroso) que demuestre otros resultados. Aquí también hay quien defiende la homeopatía frente al placebo con el argumento de que administrándosela a un bebé que se cura es imposible que sea un efecto placebo pues el bebé no es consciente de ello. El bebé no, pero los padres sí, y el efecto placebo se da en ellos. Y en cualquier caso, habría que ver hasta qué punto ha incidido en su curación o no...

En el blog Magonia de Luis Alfonso Gámez hay un magnífico artículo sobre las bases y funcionamiento de la homeopatía, que se resume en que la misma sustancia que provoca los síntomas de una enfermedad, también puede curarla, y que cuanto menor sea la dosis, mayores son sus efectos. Se trata de diluir 1 gota del principio activo de la sustancia mencionada en 99 gotas de agua de agua, alcohol o lactosa (lo denominamos 1CH), luego se toma 1 gota de la nueva dilución y se vuelve a mezclar con otras 99 gotas del disolvente elegido (tendríamos ahora 2CH), siguiendo con el proceso varias veces. Es decir, el compuesto final contiene muy poco de la sustancia original (de hecho, a partir de 12CH ya no queda ni una molécula de la sustancia original; puedes consultar tus apuntes de Química...). Entonces, ¿cómo es que funciona la homeopatía? Porque, atención, el agua ¡¡¡tiene memoria!!! Pero debe ser una memoria muy selectiva, porque recuerda la sustancia que has diluido pero no toda la mierda que haya pasado por ella anteriormente. Una base científica muy sólida, ¿verdad? Pero, oye, "a mí me funciona...".

Afortunadamente, el agua carece de memoria...

Por cierto, que la homeopatía también propugna que cada paciente necesita su propio tratamiento personalizado pero, claro, es más rentable (como negocio) preparar unos compuestos estandarizados y producirlos en serie...

Remedios homeopáticos (fuente: Wikipedia). ¿Tratamiento personalizado?

El gran problema de la homeopatía es que realmente no tomas nada que vaya a curarte. Si se trata de un catarro o una gripe, el problema no es muy serio. Si se trata de un cáncer y decides optar por sanarte solo con homeopatía... te deseo mucha suerte, la vas a necesitar.

"Ya, pero es que a mí me funciona...". Pues vale, como quieras. Seguramente te habrás curado o tus síntomas habrán remitido por cualquier otra causa (mismamente, un catarro o una gripe se pasan en unos días sin necesidad de tomar nada) pero tú mismo.

Recomiendo ver el programa de Escépticos (ETB) dedicado a la homeopatía:


Por último, cuando tengáis una resca de órdago tras una noche de farra, os recomiendo beber más alcohol (pero sin diluir, eh...). No es ciencia, tampoco es homeopatía, pero, oye, a mí me funciona...

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