La tarta se hace más variada, aparecen más colores, ya no la dominan el azul pepero y el rojo socialista. De estas últimas elecciones europeas se puede hacer dos grandes reflexiones (una buena noticia y una mala):
Empezando por la mala, me cuesta entender y me aborrece muchísimo que aún haya tanta gente que vote a PP y PSOE. Sé que hay que respetar al prójimo, sus ideas, sus decisiones y demás pero, en serio, me cuesta mucho respetar a alguien que vota a un partido político que se dedica de forma constante y obstinada a engañar, mentir, joder a los más débiles y lucrarse a costa de los demás. Lo siento, se me hace muy complicado respetar eso. Y, viendo los resultados de estas últimas elecciones, aún hay mucha (demasiada) gente que sigue apoyando esto. Lo digo sobre todo por los votantes del PP, pero quien piense que el PSOE es muy diferente, está muy equivocado.
Por otro lado, parece que hay razones para empezar a ser algo optimista de cara al futuro. Algo está cambiando. La tarta ya no se la reparten en su gran mayoría (más del 80% en las anteriores elecciones europeas) el PP y el PSOE. Otros partidos más pequeños ocupan sus porciones, hasta tal punto que casi se llevan la mitad de la tarta. Y bastante repartido (táchame de ingenuo, pero creo que es beneficioso para todos que haya pluralidad de opciones y, sobre todo, que nadie tenga una mayoría absoluta -o pseudo-absoluta-). Espero que esto sea un comienzo de tendencia, que PP y PSOE pierdan su "poder absoluto", que no haya un partido (o dos) mayoritarios, sino que haya una gran representatividad de diferentes opciones (y a poder ser, y esto ya es mi ideología personal, mayoritariamente de izquierdas y nulas de extrema derecha), que haya consenso en las tomas de deciones, que... mejor paro, que me interno en el terreno de la utopía, pero quizás se haya dado un primer paso.
El tema de la abstención también es preocupante. Más de la mitad de la población no ha votado (por dejadez o por hastío) pero creo que poco ayudan a mejorar la situación. Me parece patético no votar y luego quejarse de la situación que has favorecido (el "yo no voto porque no hay ningún partido que me represente" o "todos los partidos son iguales" es una actitud cobarde, pasota y egoísta que perjudica no solo al que no vota, sino a todos los demás). El voto nulo o en blanco, por mucho que algunos quieran verlo como método de protesta, tampoco aporta mucho (al menos con el sistema que tenemos, que es arcaico e incorrecto, pero eso da ya para otra reflexión...).
Por último, ahora parece que todo el mundo se rasga las vestiduras por el ascenso de la extrema derecha a nivel europeo (en España ya está el PP...), pero eso es algo que siempre ha pasado en épocas de crisis, nadie mejor que los fascistas para atraer votos con sus discursos populistas. Si de verdad se quisiera evitar, se deberían haber tomado otro tipo de decisiones que favorecieran realmente al ciudadano, y no a las grandes corporaciones, bancos, etc...
En fin, que hay mucho que cambiar, y mucho que luchar. Y que si no se lucha/participa activamente, tampoco se puede exigir que lo hagan los demás por nosotros. Quizás estas elecciones hayan sido un primer paso del cambio, pero aún falta mucho, Y hay que implicarse. De lo contrario, no sirve de nada llorar y lamentarse.