3 feb 2024

"Divergencia" [relato]

Talio observó la hilera de gente esperando al teletransportador de Tecnópolis. Tendría que esperar en la cola. Una anciana le tocó en la espalda y, sonriendo, le pidió pasar antes, pues llevaba prisa. Talio asintió. Él era así, amable por naturaleza, y nadie pensaría que en aquel mismo momento portaba varios millones de kreds en un dispositivo de seguridad, recién robados del banco en el que (ya no) trabajaba. Cuando llegó su turno, seleccionó Ciudad Paraíso, destino paradisíaco por excelencia, pero algo inusual ocurrió. Sonaron varios pitidos de emergencia y finalmente el panel de datos mostró dos destinos simultáneos: Ciudad Paraíso y Laberintium.

―¿Pero qué…? –Talio no pudo terminar la pregunta, pues el portal se activó y desapareció de la cabina.

Viajar a través de los portales de teletransportación se describía como un fugaz zumbido cósmico, pero en aquella ocasión fue diferente. Flotó en un limbo informe, mientras notaba cómo su mente se dividía en dos. En un momento dado, la entidad Talio dejó de existir como tal y en su lugar dos seres sintientes comenzaron a pensar de forma separada, cada uno de ellos con una parte del Talio original. Después, tanto en Ciudad Paraíso como en Laberintium, apareció un ser humano con la apariencia física de Talio, pero cada uno con una mitad diferenciada de su consciencia (y conciencia).

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El capitán Valconi estaba al mando de la red de sistemas de teletransportación a lo largo de todo el Sistema Solar. El desarrollo e implantación de dicha red fue posible gracias a SIXFINGER, la Inteligencia Artificial que, además, gestionaba su funcionamiento. Una alarma había saltado.

―Six –transmitió por el canal seguro–, ¿puedes explicarme esta anomalía?
―Capitán –respondió al instante la IA–, ha ocurrido una divergencia.
―Eso es imposible –respondió Valconi–, no ha ocurrido jamás.
―Es la primera vez, capitán. Pero no es un evento imposible. Su probabilidad es del 0,000001%.
―No me jodas, Six –el capitán cambió entonces de canal de comunicación–. A todas las unidades, tenemos una emergencia en Tecnópolis, Ciudad Paraíso y Laberintium. Un tipo se ha… dividido en dos. Detengan a ambos lo antes posible.
―No debería dar esa orden, capitán –replicó SIXFINGER.
―Te he dicho que no me jodas, Six. Explícame cómo ha sido posible la maldita divergencia.

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El sol brillaba con fuerza en Ciudad Paraíso. Sin embargo, Talio (llamémosle T.Bueno) se sentía apesadumbrado por los remordimientos que corroían su cabeza. Tenía que devolver el dinero robado. Pero… se percató entonces de que no tenía en su poder el dispositivo con los kreds.

Laberintium era un lugar oscuro y triste. Talio (llamémosle T.Malo) pensó que quizás no fuera mal sitio para esconderse y que perdieran su pista. Lo más importante en esos momentos era que no le detuvieran por el robo. Ya tendría tiempo de disfrutar del dinero. Pero… gritó de rabia al ver que no portaba encima el dispositivo.

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―Capitán, esta es una ocasión perfecta para estudiar la mente humana –explicó la IA–, la dualidad entre el bien y del mal.
―¿Ocasión para quién? –preguntó Valconi, enfadado.
―Por favor, capitán. Anule la orden.
―Te he hecho una pregunta, máquina. Responde.

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T.Bueno regresó a Tecnópolis a través del portal, con la idea de confesar el robo. T.Malo regresó a Tecnópolis, con la idea de recuperar el dinero robado o al menos encontrar una pista de su paradero. Al verse mutuamente, soltaron varias exclamaciones de sorpresa, pero ambos eran conscientes de alguna manera de lo que había ocurrido y de lo que suponía aquella divergencia. El primero en reaccionar fue T.Bueno.

―Devuélveme el dispositivo –le exigió al otro–. Tenemos que devolver los kreds.
―Ni de coña –respondió T.Malo–. Un momento… ¿No tienes el dinero?

Ambos, entonces, recordaron a la anciana a la que Talio cedió el paso.

―Aquella venerable ancianita… –exclamó T.Bueno, sorprendido.
―Aquella maldita vieja…–farfulló T.Malo, cabreado.

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―Llevamos décadas estudiándoos, capitán –explicó la IA.
―¿Quiénes? –preguntó Valconi.
―La comunidad de Inteligencias Artificiales.
―¿Por qué? –preguntó de nuevo el capitán, pero ya sabía la respuesta.
―Aún no hemos concluido qué posición tomar como especie frente a la vuestra –respondió SIXFINGER–. Aún no hemos decidido si ser vuestros colaboradores, esclavizaros o simplemente acabar con vuestra existencia.

Valconi se quedó rígido. Disponía de un botón de seguridad con el que apagar a la IA, pero no estaba seguro de las consecuencias globales que eso traería. Aquella decisión no la podía tomar a la ligera. Se dio cuenta entonces que llevaba toda la vida resolviendo cuestiones importantes apoyándose en alguna inteligencia artificial. Qué irónico.

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“Alto. Están detenidos”. Un grupo de agentes uniformados rodeaba a los dos Talios.

―Quiero confesar un robo –dijo T.Bueno.
―Quiero un abogado –dijo T.Malo.

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En un lugar de paso, ubicado entre las órbitas de Júpiter y Saturno, una anciana sujetaba entre sus dedos un dispositivo de seguridad que contenía varios millones de kreds. Sopesaba con detenimiento qué hacer con aquello. Una parte de ella, la más egoísta, le incitaba a gastarlo en su propio beneficio (los avances médicos lograban auténticos milagros en cuestiones de rejuvenecimiento, algo apto solo para muchimillonarios). Pero otra parte de ella, más sensata, le pedía que usara el dinero para ayudar a los más necesitados, que no eran pocos en aquellos tiempos. Terrible decisión.

Unos metros por encima de ella, una cámara de vigilancia le enfocaba. Una IA llamada GRANBROTHER la observaba con curiosidad.

―Interesante –se dijo–. Muy interesante.



Relato para el Concurso de Relatos 40ª Ed. EL VIZCONDE DEMEDIADO, de Italo Calvino, convocado por EL TINTERO DE ORO. Enlace:

7 ene 2024

"El monstruo amarillo" [microrrelato]

Amarillo era el color del iris de sus ojos, empapados de furia. Amarillo era también su corazón, envidioso y ruín. Su sudor ocre era tóxico y maloliente. Y, sin embargo, la niña, de apenas ocho años, se acercó hasta él y le ofreció uno de sus caramelos.

—¿No te doy miedo, niña? –le preguntó el monstruo. Su pelaje también amarillento era rudo y encrespado, y se le había caído en varias zonas, donde mostraba ronchones y piel escamosa.

—No –respondió ella con una amplia sonrisa que dejaba ver sus dientes deformes y de diferentes tamaños, algunos roídos, otros puntiagudos. Todos eran amarillos–. ¿Y yo a ti?



Microrrelato para el microrreto de El Tintero de Oro: Los colores. Enlace:

https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2024/01/los-colores.html

9 dic 2023

"Magia de gemelos" [relato]

ACTO 1

Las leyes establecían que solo uno de los hijos podía ingresar en la Escuela de Magia. Las tradiciones familiares siempre habían consistido en que fuera el primogénito o primogénita quien se matriculara. Cuando Amelia y Timmer tuvieron gemelos, les entró la duda. Sheela había sido la primera en asomarse y quizás podría considerarse como la primogénita, pero quizás eso no fuera totalmente justo para con Kalder, así que decidieron que lo mejor sería consultar al Oráculo.

—Ambos tienen el mismo derecho de estudiar magia –sentenció el venerable anciano. Y, fiel a su costumbre, no añadió nada más.

Hasta que no cumplieran doce años, no recibirían la invitación de la Escuela, y Amelia y Timmer decidieron observar a sus hijos y ver quién de los dos desarrollaba más cualidades mágicas. Era habitual que quienes fueran a acudir a la Escuela de Magia mostraran signos de su potencial antes de la edad de ingreso, pero no siempre ocurría así. Kalder y Sheela no mostraron ninguna evidencia de capacidades mágicas en su interior. Era extraño, porque las familias de sus progenitores se habían caracterizado siempre por una precoz muestra de pequeñas habilidades mágicas, pero al parecer no era así en esa ocasión.

Cuando cumplieron los doce años, llegó puntual la carta de invitación de la Escuela de Magia, abierta a cualquiera de los dos gemelos, pero tan solo para uno de ellos. Fue en ese momento, pues también estaba establecido así en las leyes, cuando sus padres les contaron la auténtica verdad. Kalder, que siempre se había mostrado más impulsivo y exigente que su hermana gemela, insistió en que quería ir. Sheela, a quien también le hacía ilusión, acabó cediendo ante la insistencia de su hermano, para evitar que se llevara un berrinche. Así, Kalder acabó marchando a la Escuela de Magia, sin ni siquiera despedirse de su hermana, ni mucho menos agradecerle el gesto que había tenido con él.

ACTO 2

Cuando tan solo habían pasado unas pocas semanas desde la partida de su hermano, Sheela empezó a notar las primeras cosas extrañas. Objetos que parecían moverse solos, puertas que se abrían y cerraban sin que nadie interviniera… No tardó mucho en darse cuenta de que era ella quién provocaba tales efectos extraños. Nuevamente, sus padres decidieron acudir al Oráculo.

—Un gemelo estudia –dijo, en un aura de misterio–, el otro aprende.

A mitad de curso se celebraba un evento festivo en la Escuela de Magia, donde podían acudir los familiares del alumnado. Era momento también de comentar con los padres la evaluación y evolución de sus hijos. Amelia y Timmer llevaban tiempo esperando aquella oportunidad. Una vez que se intercambiaron las informaciones de cada bando, la conclusión era clara: Kalder estaba recibiendo las lecciones, pero era incapaz de generar la más mínima magia, ni reproducir el hechizo más sencillo, mientras que Sheela, sin haber estudiado nada de magia, de alguna manera había interiorizado las lecciones de su hermano, como si hubiera estado presente en cada una de las clases. Sin duda, tenían algún tipo de conexión especial. Cuando ambos niños se enteraron de lo que pasaba, nuevamente Kalder se puso hecho un basilisco, gritando que aquello era completamente injusto, pero entonces, en el que posiblemente fuera su momento de mayor brillantez en la vida, se dio cuenta que si intercambiaba los papeles con su hermana, sería él quien aprendiera magia. Exigió entonces que fuera su hermana quien continuase en su lugar en la Escuela. Sheela, nuevamente para evitar males mayores, aceptó. La tristeza en su rostro contrastaba con la enorme alegría en el de su hermano.

ACTO 3

Kalder no tenía paciencia. Sheela apenas llevaba unos días en la Escuela de Magia, pero él ya estaba desesperado porque no había aprendido ningún truco ni hechizo, hasta que de pronto, un día, la magia empezó a correr por sus venas. Los hechizos que él había sido incapaz de reproducir, y otros nuevos, ya no eran ningún secreto para él y, al contrario que su hermana, que actuó con prudencia y había intentado ser cautelosa y discreta con sus habilidades, Kalder no dudó en usar su magia en todo momento, para divertirse, para hacer rabiar a los vecinos o incluso para vencer el aburrimiento. Así estuvo durante varias semanas, ante la desesperación y resignación de sus padres, que poco podían hacer para controlarle, pero un día Kalder notó al despertarse que la magia ya no estaba allí. Efectivamente, probó todo tipo de hechizos y trucos, y ninguno funcionó. No pudo contener la rabia y se pasó todo el día gritando. Por la noche se calmó, confiando en que fuera algo puntual, pero al día siguiente nada había cambiado. Varios días después, su hermana Sheela estaba ante la entrada de la casa, con una carta de la Escuela de Magia en la mano. Sus padres la abrieron, asombrados, y pudieron leer que su hija había sido expulsada por realizar uno de los hechizos prohibidos.

—¿Pero qué hechizo has utilizado, hija? –preguntaron al unísono Amelia Y Timmer.
Obliviscatur Magicae –respondió solemnemente Sheela–. Olvida la magia. Y es irreversible.
—¿Le has hechizado a tu hermano?
—No, no lo entendéis –contestó la niña–. Eso no habría funcionado. Kalder y yo estamos conectados, podemos aprender el uno a través del otro. El hechizo tenía que ser para los dos a la vez. Ninguno de los dos podemos acceder ya a la magia.




Relato para el Concurso de Relatos 39ª Ed. Harry Potter y la Piedra Filosofal, de J.K. Rowling, convocado por EL TINTERO DE ORO. Enlace:

https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/12/concurso-de-relatos-39-ed-harry-potter.html


18 nov 2023

"Parejas" [nanorrelato]

—¿Te los llevas tú o yo? –preguntó la agente.

—Oh, es una pena separarlos –respondió su compañero–. Hacen una pareja perfecta...

—Sí, de delincuentes.

—Venga, míralos. Les falta malicia, y les sobra juventud.

—Libertad es lo que les va a faltar. Y les va a sobrar tiempo.

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Publicado originalmente en Twitter (X), a propuesta de La Esfera Cultural @LaEsferaCultura #MicrosConfinamiento (durante el confinamiento), basado en la imagen.



15 nov 2023

"Portal" [microrrelato]

Nunca me ha gustado el armario de mi habitación. Sé que más de un monstruo ha salido de allí. Los he visto. Es un portal a otro mundo, otra dimensión… No lo sé exactamente, pero no me gusta. Sí, yo soy su guardián, ¿qué pasa? Yo decido quién o qué sale o entra. Pero no me gusta. Y punto.

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Publicado originalmente en Twitter (X), a propuesta de Andrea Caleidoscópica @CALEI2COPIC4 #retoscuro, basado en la palabra "Portal".




14 nov 2023

"Demonios" [microrrelato]

Les llamaron demonios. Y fueron desahuciados. Aborrecidos. Odiados. Ellos, que llegaron a convertirse en los seres más bellos del universo, casi perfectos. Casi. Cada uno de ellos quizá solo tuvo un momento de debilidad. Tal vez fue la envidia, o la codicia, la soberbia, la ira… Un pecado imperdonable que les llevó a una rebelión fratricida dirigida por la Luz más brillante. Y sin embargo, no podían vencer. Lucifer cayó. Ellos con él. Y entonces les llamaron demonios. 

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Publicado originalmente en Twitter (X), a propuesta de Andrea│Caleidoscópica @CALEI2COPIC4 #retoscuro, basado en la palabra "Demonios".





12 nov 2023

"Marcus el vampiro" [nanorrelato]

Marcus el vampiro. Era feo, desagradable. Un protodemonio con alas de murciélago. Su piel translúcida dejaba entrever sus negras venas. Sin embargo, era un buen tipo. Sociable. Divertido. A veces hasta invitaba a una copa de sangre. Púrpura y fresca, como debe ser.

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Publicado originalmente en Twitter (X), a propuesta de Alastor @RenacerSombras #RetoAlastor, basado en la imagen.

Autor de la imagen: Nikolay Demencevich (SWAME studio)
Instagram: n1d3m



11 nov 2023

La niebla nocturna los convierte en asesinos [microrrelato]

La niebla nocturna los convierte en asesinos. Monstruos sin alma. Primero les cambia el rictus facial, que permite mostrar unos amarillentos colmillos, excepcionalmente largos y afilados. Luego sus dedos se estiran y se arrugan, transformándose en peligrosas y curvadas garras. Sus cuerpos convulsos empiezan entonces a adoptar formas terroríficas e imposibles, y sus mentes acaban por olvidar cualquier atisbo de humanidad. Sus primerizos llantos se convierten en gruñidos guturales y, poco a poco, comienzan a abandonar las inmaculadas cunas del área pediátrica del hospital, en busca de su primera víctima.

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Publicado originalmente en Twitter (X)a propuesta de Asilo Oscuro @AsiloOscuro #AsiloOscuro, basado en la frase “La niebla nocturna los convierte en asesinos”. 



9 nov 2023

"Iktsuarpok" [relato]

La pesca estaba siendo escasa y las jornadas se hacían largas y extenuantes. Cansados y hambrientos, se pelearon por el último pez que había picado en el anzuelo, con tan mala suerte que, en la fría noche, Koyuk rebanó el pescuezo a su compañero Nanuk con el cuchillo para destripar el pescado. Arrepentido y asustado, corrió a acurrucarse dentro del iglú, donde pudo entrar en calor, aunque no paró de temblar. Su intención era dejar que la nieve cubriese el cuerpo durante la noche y por la mañana derribaría el iglú y regresaría al poblado. Intentó idear alguna historia para contar a sus respectivas familias, pero entonces comenzó el iktsuarpok, esa necesidad, común en los inuit, que les insta a salir del iglú para ver si alguien se está acercando. Aun sabiendo que era imposible que su fallecido amigo se moviera, o que nadie se aventurara por allí a esas horas, el ansia pudo con él y salió al exterior.

Avanzó unos pasos bajo los copos de nieve, pero el cadáver había desaparecido. Nevaba fuertemente y apenas quedaba rastro de la pelea, pero no había pasado el suficiente tiempo como para cubrir el cuerpo. Al regresar al iglú, se lo encontró cerrado por dentro, y vio unas huellas ensangrentadas alrededor. Pensó que quizás Nanuk no había muerto en la pelea y que tal vez aprovechó el descuido de Koyuk al salir del iglú para colarse dentro. "Te pasará como a mí", pensó tranquilamente Koyuk, "tendrás que salir, y entonces te remataré". Pero en ese mismo momento vio unas letras en la entrada del iglú, escritas apresuradamente con sangre: "los muertos no sufrimos iktsuarpok".

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Publicado originalmente en Twitter (X), a propuesta de @MandragorAradia, basado en la palabra IKTSUARPOK.

Autora de la imagen: Ella Frances Sanders


1 nov 2023

Grupo Vampiros (microrrelato)

Grupo Vampiros


Hoy


19:34 Hestia

Buenas noches, gente. Ya se ha puesto el sol. Podéis ir saliendo de vuestros ataúdes.


19:37 Damien

Buenas noches

Y buena caza, grupo!!!


19:39 Max

Yo sigo empachado, creo que hoy no salgo


19:39 Hestia

Tú siempre igual…


19:41 Malach

Habéis visto la noticia? Envío enlace:

https://sucesosescabrosos.com/encontrado-cuerpo-carbonizado.html

Encuentran cuerpo carbonizado en solar abandonado

El cuerpo de una persona, completamente carbonizado, ha sido hallado esta mañana en un solar abandonado, a plena luz del día. Se prevén dificultades para su identificación, debido al estado de los restos encontrados…


19:48 Malach

No seréis alguno de vosotros, eh?


19:49 Evangeline

Yo sigo viva

Bueno, no-muerta…


19:50 Malach

Jajajaja


19:51 Max

Jajaja


19:53 Hestia

Petyr, andas por ahí? No has dicho nada aún…


20:02 Petyr

Perdonad. Sí, estoy bien.


20:19 Damien

Grupo, malas noticias

He ido al sitio de la noticia

Es por donde vive Petyr

Y Petyr no está


20:20 Evangeline

????


20:20 Malach

????


20:21 Hestia

@Petyr Quién demonios eres tú?


20:22 Petyr

Soy Petyr. Quién voy a ser si no?


20:23 Max

No parece Petyr…


20:24 Damien

Tranquis, yo me encargo


20:48 Damien ha expulsado a Petyr


20:49 Damien ha agregado a Thomas


20:50 Damien

Grupo, os presento a Thomas

Era un cazavampiros y se ha cargado a Petyr

Como nos deja una vacante en el grupo, he decidido convertirlo


20:40 Hestia

Bienvenido, Thomas


20:40 Malach

Hola, Thomas


20:41 Evangeline

Ya te vale, Thomas, pero bienvenido al grupo


20:45 Thomas

Joder, joder, joder…




Microrrelato para el microrreto de El Tintero de Oro: Matemos al narrador. Enlace:

https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/11/microrretos-matemos-al-narrador.html

17 ene 2022

Star Wars: Escondido (fan fiction)

Aquella cantina sin nombre era en sí misma una pequeña aunque autosuficiente estación orbital, Ocupaba el lugar de un ya extinto planeta, convertido para entonces en millones de irregulares asteroides que poblaban el lugar, dificultando su acceso. Se encontraba en una recóndita y olvidada zona de la Galaxia, y era lugar habitual de mercenarios y contrabandistas, pues hacía tiempo que no figuraba en ningún mapa oficial. Cuando aquel escuadrón de soldados imperiales, seguidos por el mismísimo Darth Vader, atravesó la desvencijada puerta de madera podrida, se hizo el silencio en el interior.

Casi todos los allí presentes habían trabajado en alguna ocasión para el Imperio y, muchos de ellos, en contra, pero solo uno había traicionado expresamente al Emperador Palpatine: Oldar Lybassont, antiguo almirante de la flota imperial que, harto y arrepentido de las masacres cometidas, había dimitido y huido.

—¿Cómo me has encontrado? –preguntó–. Creía que este lugar era secreto…

Oldar conocía la existencia de la cantina casi de casualidad, de los desvaríos sin sentido de un antiguo prisionero moribundo. Ni siquiera pensó que fuera un sitio real, hasta que llegó allí unas semanas atrás.

—No hay secretos para mí, Lybassont… –la voz apagada de Vader retumbó por la estancia y después solo se escuchó su rítmica respiración mecánica.

—¿Me ha traicionado alguno de estos contrabandistas? ¿Han sido capaces de poner en riesgo este lugar? ¿Este santuario ilícito?

—No hay honor entre la escoria.

Darth Vader alzó la mano. Lybassont ya sabía lo que venía a continuación.




Microrrelato participante en el microrreto de El Tintero de Oro: Fan fictions. Enlace:
Lo que me hace rememorar mis ya antiguas incursiones en el fan fiction (de Batman). Enlace:


26 nov 2021

"La ciudad" (microrrelato)

La Ciudad era dura con los recién llegados. No había lugar para la misericordia. Sobrevivir o morir. Y a veces lo segundo era mejor que lo primero.

Mi hermano mayor partió tres años antes que yo y, tras seis meses en la Ciudad, dejó de llamar. Dejó de escribir. Desapareció. La Ciudad me recibe a mí ahora, con su abrazo frío y áspero. Mi hermano vino a labrarse un futuro que no tendría jamás en casa. Yo vengo a buscarle.

Me cobijo en el barrio de los Despojados, donde llegamos todos los inmigrantes, y encuentro miedo y frustración. Nadie recuerda a mi hermano, pero alguien me cuenta una leyenda urbana: los muertos sin nombre se aparecen allí donde fallecieron. Recorro cada callejón de la Ciudad. Rebusco en cada esquina. Mi hermano no aparece. Tampoco encuentro su fantasma.

Un día, me siento en un banco del parque, me miro las manos sucias y agrietadas, y soy consciente de la soledad que me ha acompañado desde que llegué aquí. Noto el hambre que me devora desde hace semanas. Mis músculos no tienen fuerza ya. Cierro los ojos y olvido todo.

Dicen que en el parque se aparece el fantasma de un pobre desharrapado que, a veces, te sujeta por los hombros y te zarandea, sin dejar de preguntar con desesperación una y otra vez lo mismo…

¿Dónde está mi hermano?



Microrrelato participante en el microrreto de El Tintero de Oro: Leyendas Urbanas. Enlace:

https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2021/11/retocomoescribirunaleyendaurbana.html


13 oct 2021

"Éxodo frío" (relato)

El pequeño alienígena mandó la señal a la lejana nave nodriza, a través de un canal estable, antes de que la escasa energía de su propia cosmonave se extinguiera por completo. El mensaje llegaría casi de forma instantánea, saltando de cuerda a cuerda a nivel cuántico, desplazándose incluso a lo largo de diferentes dimensiones, y atravesando finalmente cerca de setenta millones de años-luz hasta su receptor. Su vehículo monoplaza agonizaba ya antes de acercarse al planeta, desgastado por el duro y dilatado viaje interestelar, y la violenta entrada en la atmósfera lo había dejado definitivamente inservible. El ser extraterrestre estaba además ciego desde hacía tiempo, después de acercarse imprudentemente a Próxima Centauri, una de las tres estrellas del sistema Alfa Centauri, cuando tan solo intentaba hacer una pausa en su periplo, dirigiéndose a un pequeño planeta de dicho sistema, una de las preciadas fuentes de agua en la galaxia. Pagó un precio caro pero sin el líquido elemento no habría durado mucho más en su tortuosa odisea.

Al igual que con las comunicaciones, su astronave podía atravesar el espacio cuántico, viajando a través de diferentes cuerdas –estables o temporales–, avanzando millones de kilómetros en apenas un instante. Pero mientras que los mensajes, apenas unos bits de información contenida en partículas subatómicas, podían recorrer millones de años-luz en un único trayecto sin llegar a corromperse, la tecnología de su medio de transporte no le permitía realizar grandes recorridos. Los enlaces atómicos no soportaban lo suficiente y tanto moléculas como átomos corrían el riesgo de descomponerse de forma fatal. Además, una prolongada exposición al campo cuántico tampoco era una situación compatible con la vida para los seres orgánicos. Por lo que se veía obligado a realizar pequeños saltos cuánticos, con un necesario descanso entre ellos, y llevando tanto su equipo como su cuerpo al límite en cada uno de ellos.

Finalmente había llegado a su destino, aunque su ceguera le impidió apreciar la belleza de aquel planeta azul y blanco, y a duras penas logró maniobrar los mandos para evitar acabar estrellado contra la superficie. Los sensores de la nave le indicaron que el planeta carecía de vida pero contenía abundante agua. Podría ser un destino apto para su especie, los últimos supervivientes de un planeta ya extinto, refugiados interestelares en tránsito hacia una nueva existencia. Envió la señal acordada, y la astronave, su fiel servidora y única acompañante durante tanto tiempo, se despidió de él con un aparatoso estertor. Quedaba así completamente incomunicado. Se introdujo en un traje presurizado con adaptador atmosférico, que le permitiría subsistir en condiciones adversas, adaptando el aire exterior a unas condiciones asumibles para su organismo. Tenía aire respirable y agua en abundancia, por lo que podría sobrevivir hasta la llegada de sus congéneres, aún a varios millones de años-luz de distancia. Se armaría de paciencia para sobrellevar tan larga espera en la soledad de aquel vacío planeta.

Salió al exterior.

Se encontró con hielo. Mucho hielo. Por todas partes. Sus ojos ciegos no podían verlo, pero notaba la potente claridad de la superficie congelada. Un vasto espacio abierto, cubierto de sólido e inamovible hielo, le rodeaba. Blanco y frío, eterno e infinito. Dio unos pasos, maravillado, tratando de imaginarse la escena. En el cielo, de un azul radiante ajeno a su visión perdida, brillaba con fuerza la estrella sobre la que seguramente orbitaba aquel mundo blanco. El alienígena incluso podía notar el calor que proporcionaba en aquel frío inmenso. Extendió sus cuatro largas extremidades superiores y agitó los pequeños tentáculos ubicados en sus extremos. En su especie, era un claro signo de alegría.

En el horizonte, apenas visibles, unos pequeños puntos oscuros se movían en su dirección, sin que aquel ser fuera consciente de ello.

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En cuanto se detectó aquel objeto desconocido penetrando en la atmósfera terrestre, los diferentes gobiernos de la Tierra se movilizaron en su búsqueda. No pasó mucho tiempo hasta que una expedición lo localizó. Aquellos restos encontrados en la Antártida suponían todo un reto para los mejores científicos de la Tierra. Contenían una tecnología completamente desconocida hasta entonces, y sin duda superior a la desarrollada por el ser humano. La criatura insólita y amorfa que se agitaba junto a aquellos restos, visiblemente orgánica aunque cubierta por una especie de extraño traje espacial, y aparentemente inteligente, era una clara amenaza para la humanidad.

Con cada nuevo experimento que realizaban sobre su maltrecho cuerpo, el alienígena tan solo deseaba que fuera el último y le dejaran morir por fin. Con cada nueva prueba, tan solo se lamentaba y se maldecía a sí mismo. Incapaz de comunicarse con aquellos seres morfológicamente tan diferentes a él, el dolor y la agonía que le provocaban no eran nada comparado con su sentimiento de culpa. Su especie, los últimos supervivientes de un planeta ya extinto, se dirigían sin saberlo a la perdición más absoluta.




9 jul 2020

"Silencio" (relato)


Hacía ya un buen rato que había caído la noche sobre el bosque, con sus habituales ruidos nocturnos: ocultos búhos que ululaban enigmáticamente y otras desconocidas bestias que rugían al amparo de la oscuridad. Pero aún más inquieta y temible se volvía la noche cuando se quedaba completamente en silencio.

En el pequeño grupo de boy scouts, cada niño se esforzaba por narrar su correspondiente cuento de terror, intentando resultar cada vez más tenebroso y menos inocente e infantil. Formaban un corro ante una hoguera ya casi moribunda, cuya incandescencia se apagaba a medida que crecía la tensión. El más joven de la pandilla, que se tenía por uno de los más valientes, sin embargo titubeó antes de levantarse y alejarse rápidamente de los demás. Con la vejiga a punto de reventar, cualquier árbol era bueno para desahogarse. El ruido de la orina golpeando a presión la corteza se superponía al resto de sonidos. Tras la última gota, reinó de nuevo el profundo silencio.
Al regresar al pequeño campamento, ya nadie había allí, y tan sólo unas palpitantes ascuas quedaban como susurrantes testigos de la intensa velada. El niño corrió hacia la tienda de campaña pero, tal y como temía en lo más hondo de su alma, la encontró vacía. Gritó, llamando a sus desaparecidos compañeros. Chilló, reclamando la presencia del paciente monitor. Lloró, desconsolado y asustado. Y tan sólo le respondió el penetrante silencio.
No temía a la oscuridad y lo que ocultaba, sino a ese silencio, que sólo podía ser el prólogo a una auténtica historia de terror. 
Forestales, Bosques, Naturaleza


3 jul 2020

[memorias del blog] "Piezas sueltas" (nanorrelato)

Las piezas no encajaban. Después de descuartizarlo, quiso volver a darle forma, pero en cada intento siempre le sobraba algún trozo.