—Dime qué deseas...
—Hacer un pacto contigo, por supuesto.
—Todos quieren hacer un pacto conmigo. Muchos ni siquiera lo saben.
—Y tú ya sabes lo que te voy a pedir, ¿verdad?
—En el fondo, quieres lo mismo que los demás: poder y reconocimiento. Los tendrás, claro.
—¿A cambio de qué? ¿Mi alma?
—No seas necio... Todos ofrecen su alma, sin saber que ya me pertenece desde el primer instante en que deciden hablar conmigo. Las almas son fáciles de conseguir. Y hay más cosas que me interesan...
—¿Qué quieres, entonces?
—Tendrás todo lo que pides. Tu imperio, tu poder, tu nombre adorado por todos... Pero al final, lo reclamaré para mí, y todo será mío. Usurparé tu nombre y tu obra. Te olvidrán y ocuparé tu lugar. Y tú serás mío.
Jesús de Nazaret, el hijo de Yahveh, muerto y recién renacido, asiente con la cabeza, aunque esconde su avergonzada mirada.
—Trato hecho, Lucifer. Trato hecho.
Microrrelato para celebrar las primeras 666 visitas en el blog.
ACTUALIZACIÓN (18-11-2011): Microrrelato colgado en la web Léptica.
ACTUALIZACIÓN (23-12-2011): Microrrelato colgado en la web Literatura Nova.
ACTUALIZACIÓN (18-11-2011): Microrrelato colgado en la web Léptica.
ACTUALIZACIÓN (23-12-2011): Microrrelato colgado en la web Literatura Nova.
2 comentarios:
Buenas tardes Igor, buen relato. Dejas el sabor untado en la imaginación con ganas de seguir ese camino de diálogos.
Muchas gracias, Garla Kat.
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